“el futuro está ahora y para siempre en tus manos”
No estaríamos equivocados, si recordando a Rodolfo Walsh, decimos que es en la política económica de la última dictadura donde debe buscarse la explicación de sus crímenes, la explicación a tanto terror.
Fue a través de la tortura, la muerte, la desaparición de miles de jóvenes, estudiantes, obreros, artistas e intelectuales, la proscripción a los partidos políticos y la mordaza a la prensa, que lograron imponer el modelo más atroz de explotación que la Argentina conociera, condenando a millones de personas a la miseria planificada.
El objetivo era claro, entregar la soberanía en política económica al libre mercado, construir la patria financiera, con la inevitable destrucción de la industria nacional y el consecuente desempleo y marginación. Para ello precisaban eliminar todo foco de resistencia real e ideológica y en ese sentido avanzaron sobre el movimiento estudiantil y el movimiento obrero organizado.
Con cada sesión del horror, cada desaparecido, cada fábrica cerrada, sindicato o universidad intervenidos, con cada nuevo desocupado, consolidaron las bases de un modelo económico al servicio de los grandes grupos concentrados de poder. Empecinados en borrar del diccionario el significado de palabras como solidaridad, igualdad, inclusión, justicia, alegría, juventud, hermano, compañero o camarada. Arrasando con todo aquello que permitiese pensar y construir otra realidad, otro futuro, otro presente.
No se limitaron a estructurar el andamiaje jurídico que contunua vigente al servicio de sus intereses, los mismos que hoy en día defienden la derecha argentina y latinoamericana, sino que se encargaron del vaciamiento ideológocp de toda una generación. Vaciamiento que permitió la continuidad de sus políticas en democracia, proceso que en el presente nos disponemos a revertir y lo estamos logrando.
En los últimos años se han dado significativos avances en este sentido, la derogación de las leyes de punto final y obediencia debida; el enjuiciamiento a los responsables del genocidio llevado adelante durante la dictadura militar, donde el Partido Comunista fue querellante en el juicio que sentenció a cadena perpetua a Santiago Omar Rivero por la tortura, asesinato y desaparición de Floreal “Negrito” Avellaneda. La sanción de una nueva Ley de Servicios